martes, 6 de septiembre de 2011

3 de septiembre, Fukuyama

Estaba cansado de la calada del día anterior, y había estado lluviendo a cántaros toda la noche, por lo que me había hecho a la idea de que no iba a poder ir a Fukuyama ese día y me levanté más tarde.

Sin embargo parecía que el día clareaba, por lo que, aunque no fuese mas que por ver el castillo, decidí acercarme a Fukuyama.

Justo detrás de la estación está el castillo (se ve desde los ventanales de la misma, pero estaban llenos de agua).



Evidentemente mientras estaba allí volvió a llover. Ya no me daba para sujetar el paraguas y limpiar el objetivo de agua:


 En la parte de arriba tienen el típico mirador:


Ahí la estación de trenes, con el Shinkansen en la parte superior (las ventanas):


Superficie del castillo:








En su interior, como siempre, artículos históricos y arqueológicos.

De allí tomé un autobús que salía de la ciudad y que me dejó en una esquina de un puente y cuatro casas, para caminar un rato hasta el templo Myooin.
Este templo estaba antes, y tenía un curioso cementerio:



Acceso al templo Mooyin:


La sala principal y la pagoda del templo Mooyin son de principios del siglo IX, y son tesoro nacional:




 Con la que caía estaba todo cerrado, nadie iba a acercarse por allí excepto este pardillo:



El camino se convertía en barro y había algún arbol caído, así que decidí no seguir:



En la oficina de turismo ya me dijeron que no fuese a Abuta Kannon, un templo que está sobre el mar con vistas al mar interior, porque estaría la mar revuelta y cerrado, y que tampoco fuese a Tomonoura porque igual no tenía autobús para volver a la tarde.

Evidentemente ni pregunté ir a Onomichi, mi siguiente parada, donde quería ver unos templos en el monte, porque los teleféricos no iban a funcionar con seguridad. Así que ya, ni Onomichi ni Mihara, cansado de chupar agua decidí volver al hotel de Hiroshima.




Y resulta que en Hiroshima estaba más o menos despejado, y en la salida del tren había unos stands con cosas de colores y gente alrededor. Pregunté y rápidamente decidí que iba a ir a verlo. ¡A ver cómo es un partido de beisbol en Japón!

Allí caminando todos hacia el estadio:



Tienen todo bastante controlado, hay filas en varias entradas, con guardias regulando el tráfico, stands donde vacías tus latas o botellas en vasos grandes para meterlos dentro y stands donde te miran las mochilas cuando entras (eso sí, muy a la japonesa, te piden perdón por revisar tus cosas, te piden permiso para abrir cada cremallera, y si algún inutil como yo quiere entrar con botellas de agua, en vez de echarle la bronca, me informan de que al lado me darían amablemente un vaso porque no podía meter la botella.


Ahí unos chavales llamando a los jugadores:


El equipo local calentando:


La gente va más o menos pronto al estadio, y está preparado para comer y beber allí. La gente lleva un tarjetero como los de las convenciones, para que se vea su entrada y así poder entrar y salir de su localidad con comodidad, y arriba hay muchos puestos de comida, que sorprendentemente no son caros.
 

El pastelito de arroz relleno de atún, (que viene con el alga separada, para que se la pongas tú cuando lo vayas a comer), las piezas de pollo y la empanada esa me salieron como 6 euros):


Por las filas, hay azafatas y azafatos vendiendo vedida (pero solo le saqué fotos a las azafatas):


Para entretener a la gente mientras tanto (que es la mitad del espectáculo) montan diversiones, como ir enfocando a gente del público que sale en el video marcador y se pone a saludar y animar, y elegir a alguno (normalmente niños) para darles un regalo:


Aquí fallé la foto, pero ¿veis la chica de colores cantosos del fondo? Todos los azafatos cuando llegan a la primera fila, saludan antes de empezar a subir y ofrecer productos.
En los trenes, revisores y azafatas hacen lo mismo cada vez que entran o salen de un vagón, y si solo estás tú, se dirigen a tí ¡aunque tengan que pasar varias veces en un minuto!




Atentos ¿quién sale en el videomarcador? go carps, go!:


Y por supuesto una mascota que haga el tonto, moleste a los jugadores, baile con el público y dirija cánticos. En este caso una especie de ¿carpa?
El equipo es, evidentemente, los carpas de Hiroshima (Hiroshima Carps también en japonés, no traducen las cosas del beisbol):



Y entonces vi algo que me parecía ya de Homer Simpson: ¡Hay chicas que reparten cerveza con un tanque a la espalda y un grifo! Cuando un espectador llamó a la chica, aproveché vilmente:




La gente animando y el partido adelante. Os voy a decir que todo lo que montan alrededor está bien, pero el juego muy aburrido. ¡Más de tres horas y muy pocas carreras! Y casi todas las carreras que conseguían gracias a un homerun (sacando la bola fuera del terreno de juego) ya que los campos deben de ser más pequeños que en EEUU.



La grada local jóven dirigía los cánticos (animaban bastante) y había los típicos animadores que conocimos con Oliver y Benji con esas camisas largas y abiertas, cinta en la cabeza y agitando banderolas y tocando un tambor con los brazos en alto:



Al final de la 5ª entrada, salían un montón de niños y bailaban un karaoke siguiendo en el videomarcador a un animador y la mascota. El público también cantaba:








El juego es muy lento, mucho rato cambiando de bateador, preparandose el lanzador, y después las jugadas son cortas y rápidas, y la mayor parte de ellas infructuosas.

Cuando llega la novena entrada, primero el equipo visitante, y después los locales, siguen otro rito. Inflan esos globos con los colores del equipo:




Hacen un bailecillo con él cantando el himno u otra canción del equipo:
  

Y los sueltan volando por el cielo y haciendo ruido (tienen una boquilla especial):




Después unos chicos pasan diligentemente recogiendolos del suelo. Aquí nadie tira nada al suelo:

Gracias a un homerun del jugador americano de los dragons (un negro gordito, en beisbol no parece que haya que estar muy en forma) los dragons sacaron 3 carreras que les daban la victoria.
Un homerun de los carps aun les daba esperanza de empatar (hay una 10ª entrada de desempate):


Pero lamentablemente eliminaron a los siguientes jugadores que bateaban a la desesperada y se acabó.
Así quedó el triste resultado:




Bueno, fue divertido, pero el juego no me gustó. De todas formas estuvo muy bien para hacerse una idea de cómo montan los eventos deportivos en Japón.
Por cierto, ya jugaban a beisbol durante la segunda guerra mundial, o sea que les debía gustar de antes.

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