miércoles, 24 de agosto de 2011

23 de agosto, Nara, antigua capital

Llegué a Nara, a un pequeño albergue familiar llevado por una familia muy simpática. La casa, era un casa típica de comercio con más de 100 años de antiguedad. De esas de madera, con puertas correderas y cortinillas colgadas en la entrada, espacio amplio abajo y las habitaciones arriba.
He hablado tanto con ellos de todo tipo de cosas, que no he tenido tiempo para escribir en el blog hasta que he llegado a Nagoya.

Vamos a ver, Nara: Nara está un poco al sur de Kyoto, y fue la capital durante el siglo VIII, pero fue un periodo muy importante, ya que fue el momento en el que se forjaron las artes y costumbres, y los estilos propios de Japón. (Hasta ese momento, tenía para mi una imagen muy china de ropas, pinturas y tal).

Nara es una ciudad pequeña (para Japón) y sin centro con edificios altos. Se visita a pie y casi todo está alrededor del parque. Como antigua capital, es un museo hecho ciudad, y al igual que con Kyoto (capital durante mucho tiempo, pero capital espiritual hoy en día, sin duda) está repleta de templos. De camino al primero que iba, ya me iba encontrando con muchos:


Otro ejemplo. Fijaros en las casas de los alrededores, familiares y tradicionales. Son chulas:






Primera parada del plan, Kofukuji y su pagoda de 5 pisos:




Aquí, muchos templos tienen tesoros budistas que son origen del peregrinaje de muchos fieles:





Bueno, Nara es conocida por una cosa, a parte de lo religioso, y son sus ciervos domesticados. EL parque está lleno:



Andan a sus anchas, y si quieren cruzar la calle para pasar a otra zona del parque, los camiones a parar. A estos los veía con intenciones y saqué la cámara:



En la parte inicial del parque está el museo nacional de Nara. Dado su pasado, está repleto de tesoros. El edificio es estilo occidental, que gustaba mucho con la revolución Meiji. Hay montones de estatuas de bronce, piedra, madera, vasos chinos, trajes, trabajos caligráficos... Y tiene exposiciones temporales, como la actual sobre la India, pero esa no la ví:


Bueno, mi siguiente destino es un templo muy famoso, Todaiji:


Los ciervos más valientes se acumulan aquí, ya que es donde más gente encuentran, y hay vendedores de una especie de galletas que son como golosinas para los ciervos:


Así está la calle de acceso al templo. Aquí me comí... Una galleta con picante. No era demasiado especial por fuera y no le saqué foto:


Esta foto es buena. Los críos son supersalados. Me imagino a Ainhize corriendo porque le persiguen los ciervos, y a Olatz detrás de ellos para agarrarles:


Había una cría que era el más pequeño que ví:



Mega puerta de entrada. ¿Por qué? Porque este es un templo de Bilbao:


Las puertas tenían guardianes, también de Bilbao, pero chinos y con mala leche:



Planta del templo:


Puerta normal, y ya se ve el templo detrás:


Y este es el edificio de madera más grande del mundo:


¡Pero atentos! que se quemó un par de veces, ¡y ya decieron reconstruirlo a dos tercios de su tamaño!:


Merece foto de Bilbao, y que se vea mi gorro de viejo japonés nuevo (es lo que usan los hombres mayores, los jóvenes llevan gorra). Mi gorro de la marcha de Zierbena no había sobrevivido muy bien a la chapada de agua pero acabé perdiendolo en Osaka:


Estos no son faroles, son algún tipo de relicario con imágenes o algo así. Tamaño LL como dicen por aquí (XL):


El edificio tiene que ser grande, porque si no no cabe el Buda. (Vamos, como el Guggenheim y Puppy):


En Nara he visto muchas trinidades, con los budas de la tierra pura y el otro que no sé cómo se traduce, que aquí tienen siempre nombres hindúes:



Las imágenes de Buda, o Kannon, suelen estar flanqueadas por otras dos divinidades o aprendices de Buda, y en los cuatro costados de la tarima hay guardianes fieros:


Maquetas de cómo era el templo antes. En muchos templos hay maquetas, que me encantan, pero pocas veces puedes sacar fotos dentro de los edificios. Fuera te dejan siempre, aunque a veces te dicen que sin trípode (que ya no lo llevo encima):



El salón como era antes (tiene hasta estatua dentro y todo):


Comparación de edificios antiguo y "nuevo":


Aquí hay otra cosa curiosa, uno de los pilares tiene un agujero, que por lo que me contó "mi posadero", es del mismo tamaño que una fosa de la nariz de la estátua de Buda. Si eres capaz de pasar por el medio, significa que eres un hombre honesto. Vi pasar a un japonés adulto de casi mi estatura, con dificultad. El posadero me dijo "tú no lo intentes" :)





Fuera está otra divinidad. El cartel dice que si frotas alguna parte de su cuerpo, y después la correspondiente de tu cuerpo, te sanará esa parte enferma:


Una foto de un día de fiesta aquí:


Por la parte de atrás sigue el parque, y hay mucho espacio y ciervos:


Le tocaba el turno a la parte exterior, mientras subía por la colina:







Desde aquí ya se tenían vistas de Nara:






Y era hora de parar a comer. Básicamente es el mismo del otro día que os contaba, con arroz huevo y pollo, pero ahora con foto. Los condimentos del platito pequeño eran distintos (me gustaron más los otros, pero el plato estaba rico rico) y con té frío, of course. Menos de 7 euros:


Tras la comida, al santuario Kasuga Taisha. En la entrada había monjas, que se adornaban la cabeza  con unos colgantes como estos:


Estaba todo lleno de faroles diferentes:






El parque tiene por supuestos, muchas figuras de ciervos:



Aún pasaría por Shin Yakushiji y Byakugoji, que era el más elevado y con vistas ya desde mirador. A la derecha se ve la pagoda de 5 pisos:







 
Bajando encontré un cementerio:


Y de vuelta al parque, un mirador en lagito, que a la noche lo iluminarían (había un festival e iluminaban varios edificios):



En el mismo semáforo de antes, esos ciervos cruzaban bieeeeeeen despacito, como Pedro por su casa:


Y aquí estoy descansando ya, con unos ciervitos y mi disparador a distancia:



Por cierto, si subes y bajas la mano, te hacen inclinaciones con la cabeza para que les des galletas:


En la calle del templo a barrotada, se te acumulan, y te empujan con el hocico para que les des a ellos. Los de cuernos grandes son un poco aparatosos. Por cierto, que hacen un ruido curioso, como si se quejasen o llorasen:



Bajando por otra calle al albergue, un estanque que iluminaban también:


¿Y qué había en él? ¿peces gigantes? ¡Pues no! esta vez eran tortugas:


Volví a la casa y estuve un buen rato charlando con el dueño. Después fui a Gangoji, un templo cercano, porque había un festival especial:


Era una festividad para los niños, e iban muchos con kimono (ellas) y había puestos con comida que al parecer les gusta a los niños (a mi me gustaba):


Por 100 yenes tenías tortas como estas, hechas de nosequé, yo le decía que sí a todo, que echase lo que quisiese que yo lo quería probar, era algo así como un talo muy fino con hierba, algo rico, doritos y mahonesa. Había muchas más cosas por 100 yenes que aproveché a probar :)


El templo estaba repleto de pequeñas estatuas, que según me contaría al regresar mi colega posadero, se trata de Oyizô sama (no sé si escribe así) un mensajero de Buda, que son estatutas que se encuentran en muchos caminos y templos con pañuelos rojos al cuello y así. La festividad celebra la unión de los niños y el mensajero:


La de antes mucha luz. Esta más oscura. Vamos, que era de noche y la cámara ya no sabía medir y había que ir en manual:


Estátuas con velas:





Mucha gente, y mucho fotógrafo:






Aquí hacían unas especie de patátas fritas con una harina que no sé qué sería. Estaban ricas:


Los niños hacían vasos planos de barro, y escribían textos en ellos:



¡El tradicional pilla el pez con la "cuchara" de papel!:


Aquí haciendo fideos con carne, cebolla y demás condimentos:


Había unos cuantos puestos:



En la zona central, los niños bailaban:


Las mujeres también llevaban sus kimonos, y algunas iban vestidas en grupos:




Desde tan joven, y ya grabando a las chicas:


Elaboración de los fideos "noodles":


Y de vuelta a dormir, que llevo arrastrando cansancio toda la semana, y el día se hace raro aquí (amanece a las 5 y media de la mañana, y anochece a las 6 y media pasadas). La gente está activa pronto, y a las 9 es raro ver gente en la calle ya.

Ale, mañana más.

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