Normalmente uno pasa del día anterior a su viaje, al primer día de turismo, pero yo voy a tener una especie de día 0, ya que he salido de madrugada de Bilbao, y no llego a Tokyo hasta mañana miércoles.
Pensaba ayer (por el lunes), que llegaría al punto más alejado en el que he estado nunca de casa, pero al comprobarlo con la reglita de Google maps, he descubierto que me daban 10.500 km hasta Tokyo pero11.000 hasta Valparaíso, por lo que Chile seguirá siendo el récord (sexta región). Bajar hacia el sur en Japón no aumenta la distancia, ya que trazamos un arco.
Sin embargo distrayéndome con la revista de Iberia (Ronda), veo que mide 10.682 km entre Madrid y Santiago de Chile, y 10.786 km entre Valencia y Tokyo. Umm, ahí, ahí andará. Sí, ya sé que me aburro, pero esto de los vuelos es lo que tiene.
Una vista magnífica me ha despedido de Bilbao: Hemos despegado desde Loiu, ganando altura y dejando debajo Los baserris que recibían la primera luz clara del amanecer hasta que nos hemos sumergido entre la niebla, y cuando hemos salido más arriba, las nubes formaban un denso y plano mar que parecía nata montada, del que emergía el Gorbea y sus estribaciones como una gran isla. Todo ello iluminado por el sol anaranjado del amanecer y con una luna al 90 por ciento dominando el cielo.
Qué pena que no haya podido sacarle una foto (me ha dicho la azafata que nanai), porque nunca había visto el cielo así. En seguida hemos ganado altura dejando más abajo las nubes, que entrando ya en la Rioja, han dado paso a los claros que permitían ver la miríada de parques eólicos que decoran las colinas.
Me he levantado a las 4:30, a Loiu, de allí a Madrid, una horita de espera larga y a Londres. En Londres he dado más vueltas que un hámster mareado y tras los debidos controles de seguridad, de nuevo a bordo para salir, y 11 horitas de viaje:
No se me están haciendo tan largas. Los asientos son estrechos como siempre, pero tengo una tele táctil con películas para elegir, televisión y series. No está mal, y pasan de vez en cuando dando zumos o agua. Mejor de lo que lo recordaba.
Quedan más de 3 horas para llegar y se supone que serán casi las 9 de la mañana, hora local (las dos de la mañana en Bilbao) con lo que ya casi llevaré 20 horas dando vueltas. No duermo mucho en aviones, así que un par de cabezaditas entre películas (Dios que mal las estoy eligiendo) y listo. Con un poco de suerte me dan de cenar antes de llegar (¿o será de desayunar?)
Sobrevolamos Rusia a más de 11.000 metros de altitud y 950 km/h y fuera hace menos de -50°C (he descubierto el canal con la info del vuelo).
Bueno, voy a ver si veo la última peli y ya os escribiré con las cosas del primer día!
Pensaba ayer (por el lunes), que llegaría al punto más alejado en el que he estado nunca de casa, pero al comprobarlo con la reglita de Google maps, he descubierto que me daban 10.500 km hasta Tokyo pero11.000 hasta Valparaíso, por lo que Chile seguirá siendo el récord (sexta región). Bajar hacia el sur en Japón no aumenta la distancia, ya que trazamos un arco.
Sin embargo distrayéndome con la revista de Iberia (Ronda), veo que mide 10.682 km entre Madrid y Santiago de Chile, y 10.786 km entre Valencia y Tokyo. Umm, ahí, ahí andará. Sí, ya sé que me aburro, pero esto de los vuelos es lo que tiene.
Una vista magnífica me ha despedido de Bilbao: Hemos despegado desde Loiu, ganando altura y dejando debajo Los baserris que recibían la primera luz clara del amanecer hasta que nos hemos sumergido entre la niebla, y cuando hemos salido más arriba, las nubes formaban un denso y plano mar que parecía nata montada, del que emergía el Gorbea y sus estribaciones como una gran isla. Todo ello iluminado por el sol anaranjado del amanecer y con una luna al 90 por ciento dominando el cielo.
Qué pena que no haya podido sacarle una foto (me ha dicho la azafata que nanai), porque nunca había visto el cielo así. En seguida hemos ganado altura dejando más abajo las nubes, que entrando ya en la Rioja, han dado paso a los claros que permitían ver la miríada de parques eólicos que decoran las colinas.
Me he levantado a las 4:30, a Loiu, de allí a Madrid, una horita de espera larga y a Londres. En Londres he dado más vueltas que un hámster mareado y tras los debidos controles de seguridad, de nuevo a bordo para salir, y 11 horitas de viaje:
No se me están haciendo tan largas. Los asientos son estrechos como siempre, pero tengo una tele táctil con películas para elegir, televisión y series. No está mal, y pasan de vez en cuando dando zumos o agua. Mejor de lo que lo recordaba.
Quedan más de 3 horas para llegar y se supone que serán casi las 9 de la mañana, hora local (las dos de la mañana en Bilbao) con lo que ya casi llevaré 20 horas dando vueltas. No duermo mucho en aviones, así que un par de cabezaditas entre películas (Dios que mal las estoy eligiendo) y listo. Con un poco de suerte me dan de cenar antes de llegar (¿o será de desayunar?)
Sobrevolamos Rusia a más de 11.000 metros de altitud y 950 km/h y fuera hace menos de -50°C (he descubierto el canal con la info del vuelo).
Bueno, voy a ver si veo la última peli y ya os escribiré con las cosas del primer día!
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