domingo, 21 de agosto de 2011

21 de agosto: ame = llover

ame, ame, ame. Así ha estado todo el día. Pero es que no ha parado de llover ni un minuto. A veces más cahaparrón, a ratos más txirimiri, pero nada oye, sauna todo el día.

Tras lo que los japoneses llaman desayuno continental en el hotel, (tampoco es que estuviera mal... simplemente raro), cogí autobús hasta el monte Shosha, porque allí se encuentra el templo Engyoji.
Para subir, un teleférico que desciende entre la bruma:
 



También subía un grupo de peregrinos, que visten entero de blanco cuando van a monasterios. Ellos cogieron un autobús que les hace el recorrido. Yo bajo el manto de llluvia, me fui andando. Este era el plan:


Por el camino de andar, hay varias docenas de estatuas a lo largo del camino. Algunos ejemplos:


ISO1600 y 3200 he usado para estas fotos, aunque aquí se vean con luz, estaba en penumbra, y las gafas y el objetivo se me empañaban con cada foto. Llevaba la cámara debajo de la toalla que llevo para secarme:




El camino era más o menos así:



Esto lo sé porque lo dijo la "ascensorista" al subir y se veía: Desde aquí debían verse los campos de arroz (creo) donde cuando siembran, escriben kanjis con la forma de la hierba. Se veía que tenía tela el asunto.
No saqué foto al subir porque iban los peregrinos pegados a la ventana, y no la saqué al bajar, porque... bueno, ahora veréis. El tema es que desde este mirador no veía ni el campo:


Y llego a la puerta Niomon que era la principal original:


El camino estaba así decorado:


Por el camino había huecos con cosas como unas lápidas:


La puerta a un subtemplo cerrado. (Estaba tan mal, que pille un poco de luz del cielo para qyue me diese velocidad de obturador y se me quemó... Por no mirar:


Y el cuerpo de Yumiyoni. Había un montón de chavales de una escuela marcial con sus profesores de convivencias allí:


Otro rinconcito a la vuelta de una esquina:


Y entonces Maniden, El cuerpo principal que data de 970. ¿Os suena? A alguno os sonará después:


Primer altar que veo decorado con colorines así:


Curiosidad: Este poste del pórtico, recogía el agua de la lluvia y lo echaba en ese perolo que tenía un grifo a un lado. Era poste-canalón. Hacía un ruido curioso.


Desde Maiden se veía así el monte:


El monje me dijo que sin problemas, así que fotografié el interior:


Estaba rellenito, pero no quedaba muy bien que pusiesen ahí mismo los estantes con las cosas de vender:


Mirando por la balconada:



La misma con luz dentro para que se vea el detalle de la madera:


Seguimos un camino escondido por detrás:


A lo largo del cual hay cosas como este buda en posición tradicional:


Y llegamos por fin a Daiko, Jikido y Jogyodo. ¿A alguien le suena ya?:


Jogyodo:


Visto de frente. Aquí hay chavales practicando:


Desde Jikido:



Para despistar, en frente están las tumba de los Honda:






Bueno pues se trata del templo que usaron como pueblo en las montañas en "El Último Samurai". Daikodo:




Y aquí estoy yo más chulo que "Tomu Curuise":



Un monje me enseñaba fotos del enano diciendome: "él, él, vino aquí a rodar, es aquí esto". Je, je. También me conto la vida y obra del fundador del templo y la estatua que habían enontrado hace poco y tal. Muy majo el abuelete.

Siguiendo adelante, hay tres edificios que forman Gohodo. Estaba en obras:


El edificio de uno de los guardianes:


Y tomé el camino silvestre para ir bajando, por medio de un escenario tal que así:


No me digáis que no parece Euskadi:


Todo esto se pone con unos colores muy llamativos en otoño. Rojos, anaranjados, con muchos tonos diferentes. Había unas líbelulas negras chulas que ya había visto estos días, y unas ranitas pequeñas como las que saltan al camino en la selva de Irati:


Y yo bajando y bajando, y de pronto me encuentro con esto:


¿Qué es eso? Un parque de atracciones. Ya me he perdido, yo debía estar bajando a la entrada del templo, y había bajado de la montaña... ¡por el otro lado!
Os aseguro que seguí un cartel. Lo que no sabía es lo que decía, claro está :P

Mirando hacia atrás se veía esto. De ahí bajé:



Y ese es el parque, que tiene la torre Eifel, un muai, y réplicas así del mundo:


Llegué a un pueblo con casas así de chulas:


Le pregunté a un colega que estaba ahí sin hacer nada, y me dijo que tenía que dar la vuelta al monte. Hay un autobús, me dijo. Yo esperando y por allí no pasaba nada. 
Debío sentir pena por mi y vino a recogerme con una furgonetilla para llevarme de nuevo al teleférico. ¿Os dije que dejaban lo que estaban haciendo para acompañarte? Este hasta cogió el coche.
A la tarde al venirme al hotel de Osaka donde estoy ahora, me bajo del autobús que me llevaba a la zona y les pregunto a un matrimonio que pasaba e igual, dan media vuelta en dirección contraria y me llevan. Son la leche. 
Por cierto, autobús gratuito desde la estación de trenes a este barrio. No sé porqué.

En fin, de nuevo en Himeji, al jardín Kokoen a los pies del castillo:




En las fotos que he visto está espectacular en otoño. Un paraíso para el fotógrafo. Yo he tenido que conformarme con todo verde, que ni tan mal:


¿El lago está lleno de?


¡Sí! peces gigantes:


Vi unos negros que llegarían al metro de largo. Éstos como tres cuartos o así. 


Y sigue lluviendo, que no ha parado en todo el día. Aquí ya andaba un poco calado de agua:









Otoño no, pero primavera tampoco, que esto estaría florido. En las fotos había un montón de flores blancas, lilas y rosadas:



Y en medio del jardín hay una casa del té.:


 Entre a tomarme un té de los buenos, con esos dulces tan curiosos que te lo sirven, y la mujer que mandaba allí, llamaba a chicas para que me sirvieran, y eran niñas de entre 10 y 14 años, que iban a aprender.
Cuando le pregunté si eran estudiantes durante el verano, me dijo que sí y las llamó a todas para que viniesen a saludarme. Qué vergüenza.
Ella les corregía diciendolas que tenían que coger el platillo así o la taza asao.
Como andaba de charla con la seññora, vinieron otras dos mujeres mayores y se unieron al cotorreo "supeinjin desu!" le decía la primera a otra sexagenaria indicando que era "español".
Estuvimos un rato intentando entendernos, porque ellas de inglés poco, y yo de japonés menos. Pero nos echamos unas risas.

De vuelta al jardín, que las niñas estaban revolviendo el gallinero dentro, terminé la vuelta:





Ahí se distingue al fondo. ¿Qué es eso? :


Muchas flores no había, pero yo intenté sacarle partido al agua:









Bueno, y tocaba el plato fuerte del día. Al castillo.
El castillo lo habéis visto en la tele muchas veces, y sale en películas como Ran, Kagemusha o El Último Samurai. Ahí se veía la puerta al fondo:



¡Pero el castillo no está! Hay un cubo:

Y es que desde el año pasado y hasta 2015 lo están restaurando, y han montado un chiringuito que pa'qué. Una esquina:




Puerta de la zona defensiva:



Así se veía con el pueblo en sus murallas en la edad media:


Exposición de armaduras:




Había también muestras de qué elementos constructivos y decorativos usaron, y de la historia del castillo:


Y después te metías en el cubo ese, te subían vertical en un ascensor, y veías los trabajos a través de ventanales, con murales y vídeos explicativos. Lo del fondo es el tejado de la torre principal:


Muestra de cómo hacían el "encofrado":


Más vistas de obras desde el piso inferior (ibas bajando por una escalera):


Vista de Himeji desde arriba, mirando al noroeste:


Y hacia el sur:


Justo enfrente estña calle central de Himeji y la estación de tren, y el patio de abajo es donde estaban la mayoría de los faroles a la noche (Ahora guardados en los plásticos azules):


Mapas antiguos:


Muestras de los trabajos en diseño:


Maquetas del proceso:




Y este es el ángulo más fotogénico del castillo, pero no se ve la torre central:




¿No es ninguna tontería el andamiaje, eh? Tuvieron que cimentar y traer gruas capaces de montar las piezas del asunto:


Y lluvia, lluvia, lluvia:




Luego visitabas el corredor que se veía en las fotos, y te contaban la historia de las mujeres que vivían allí. Desde esa torre se veía otra parte de la ciudad:


Y nada, al salir directo a comprarme un paraguas y un gorro nuevo, que el pobre que llevaba no a aguantado el trajín. Dar vueltas, equivocarme de camino buscando el cementerio y acabar yendome porque volvía a jarrear. Tren bala y a Osaka a ver si mañana no llueve tanto (que llover sí va a llover).
La calle central vista desde la estación. El castillo al fondo:


 Por cierto, cuando pasa el Nozomi (uno de los Shinkasen) sin para en la estación asusta, te pega un zambonbazo al pasar que te mueve. El próximo día a ver si estoy atento y lo grabo en vídeo. Impresionante la velocidad a la que pasa. (Creo que la misma que el AVE en España).

¡Ale, a ver si mañana puedo sacar fotos más tranquilo!

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