miércoles, 24 de agosto de 2011

24 de agosto, afueras de Nara

Ayer me quedé más rato en la cama, pero me dio tiempo a ver bastantes cosas. Hoy había madrugado y me ha dado tiempo a menos, jeje.
El plan era ver varias cosas más alejadas del centro del Nara.
Empezó mal la cosa, porque dejé las cosas en la taquilla de la estación del tren (hoy venía a dormir a Nagoya) y estaba feliz porque había descubierto que me cabían las mochilas en una taquilla mediana, con lo que me ahorraba 200 yenes, y resulta que al ir a coger el tren, me dice el muchacho de la ventanilla, que tenía el pase caducado. ¡Mierda! han pasado ya 7 días y tenía que usar el otro pase... ¡que estaba en la taquilla! Nada, adiós a mi ahorro y con extra...

Por fin cogí el tren, y no iba mal de hora en Horyuji:



Acceso:


La puerta:

Camino interior:


Y el conjunto. ¿Y qué tiene de especial Horyuji? Pues ni más ni menos que son los edificios de madera más antiguos del mundo. Siglo VIII (tras quemarse los del VII):


Es impresionante ver edificios de madera de 14 siglos de antigüedad en perfecto estado. Los paneles con los que se cierran las ventanas, eran de una sola pieza de madera, y bastante grandes. También muchas vigas y columnas, eran de una sola pieza:





Dentro está la que consideran la estatua de Buda más bonita de Japón. Hay varias estatuas que son tesoros:



Detalle de los dragones:




Llegando a este ala de los monjes, que no se visita, vi un monje mendicante con su traje colorido y su gorro en forma de cono, típico de los monjes y campesinos. Tenía la cámara con disparo automático porque había tenido que darle sombra al objetivo con una mano ¡y no me acordé de cambiarlo de nuevo!:


A la sala de los tesoros:


Árboles con formas. (En general en Nara no estaba todo tan cuidado al detalle como en Kyoto, que los monjes y jardineros quitaban hasta cada hoja que caía):


Salas con tesoros del templo. Estátuas, manuscritos, pinturas, etc...


Ahí arriba una sala octogonal:


Y la vista desde ella:




En esta capilla, había imágenes escabadas en piedra, como si fuesen cuevas con Buda en diferentes momentos:


Campanario cubierto. En Nara he visto varios, en Kyoto no recuerdo que hubiese ninguno:


Después de regreso en el tren, y al preguntar por el autobús que va a los siguientes templos, me dicen que todos los que paran en la parada 10. ¿Todos? Todos no, el mío se fue a quinta la loma ¡460 yenenazos que me costó la broma! más el regreso en otro tren que no es de mi pase, y el tiempo perdido. Grrrrr.

Me fui a comer primero, arroz, curri y pollo. Unos 7 euros:


Y ya entonces a los templos de Yakushiji y Toshodaji:


Yakushiji:


Estos me parecieron un poco caros. Estaban bien y tenían museos y tal, pero bueno:











Esto es lo que se coloca en el extremo de las "antenas" de las pagodas. Me parece raro que no inventasen el pararayos con la de templos y castillos que ardieron por recibir uno:



La arquitectura de esta pagoda es diferente a lo normal:



 la importancia la tenían las estatuas de su interior, que no se podían fotografiar. Cuando vuelva a casa, ya recopilaré información complementaria.


Casi todas las pagodas estaban pintadas originalmente, muchas en rojo:



Todas las estatuas, de piedra, madera o bronce, también iban pintadas. Así como la mayoría de las maderas de techos, columnas...


Aquí aproveché el viento para fotografiar desde fuera. Por careros:


Tenían abierta una capilla extra al público:



Dentro estaba la figura sentada de un príncipe. El templo estaba dedicado a una princesa para su curación, pero cierto príncipe tiene bastante protagonismo:


Era un corredor cuadrado con el edificio en medio:


Las piedras de la entrada estaban sujetas por tortugas:


Y más al norte el otro templo:


Toshodanji. Es el cuartel general de otra secta, y tiene obras maestras del budismo en forma de arquitectura y estátuas:




Creo que este espacio se utiliza para ordenar sacerdotes:




Y para los que me preguntáis por tecnología y trenes. Hoy he vuelto al Shinkansen, y no me ha tocado ver pasar ninguno a toda la velocidad por la estación, otra vez lo grabaré, pero he sacado fotos en el Hikari, aunque este no es el más bonito por dentro. No he querido levantarme para no dar el cante:


El espacio entre asientos es grandes. Este señor era bastante grande, para que os hagais una idea, y podría estirar bien las piernas. Tienen servicios en vagones impares, pasan vendiendo comida 1 vez (tú puedes ir al bar), aire acondicionado... lo típico:


Y ya en el hotel de Nagoya. Bueno Nagoya prefectura, porque no ciudad. No había nada barato en la ciudad y me he ido a Chita, que está a unos 35 minutos en tren, así me acostumbro a la vida cotidiana del currela japonés y sus desplazamientos. Lo malo es el hachazo que me meten con cada tren (no es de la compañía JR del pase), pero el hotel está bastante bien. Todos suelen tener televisión plana, máuina con tarjetas de pago para tele, calentador de agua, tazas y bolsitas de té, secador, neverita:


El baño es muy parecido al del otro hotel, y las camas tienen todas reloj y despertador, y esta con unas luces en el cuadradito ese y arriba por si no quieres dar toda la luz de noche o para leer. También integra el mando del aire acondicionado:


La bata no me vale :(

Bueno, mañana toca día de tomarselo con calma y ver cosas cotidianas. ¡Ya os contaré!

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