sábado, 20 de agosto de 2011

20 de agosto: Cerrando bares, abriendo templos

Hoy me he levantado tempranito y he salido a caminar. Subiendo hacia el norte por Hanamikoji, los jóvenes volvían de fiesta (celebran que llaga Marijaia), y dos iban literalmente doblados.

Los dioses han hecho caso de mis plegarias y me han llevado por un paseo impresionante e imprevisto:

En la parte norte de Hanamikoji, a la orilla del río había casas que sobre salían sobre el mismo y derribaron en la segunda guerra mundial, eran casas habituales de geishas y dejaron un monumento. Es esta calle:



 Algunas calles tienen edificios con algún decorado publicitario. Langostas, un bolo, o un rábano:


Subiendo por Higashioji-dori, habré pasado por más de una docena de templos, hasta que he llegado a Heian, y allí he estado yo solito. Visitar templos temprano es una maravilla, son realmente tranquilos.

Por ejemplo uno de ellos:



El paseo me ha llevado a unos parques donde hay un zoo, museo de arte, city hall... y al final, a un lado una tori pequeñita:


 Y al otro el templo Heian:


Puerta:


Esquina de un ala:


Plano:


Cuerpo del altar:


La puerta desde dentro:


Esquina de nuevo:


Tiene unos jardines, que en primavera, cuando florecen los cerezos, debe ser una maravilla. Como era muy temprano y no había venido a ver eso, he seguido. Plano del tema: 



Os había contado que la gente deja "plegarias" en papeles atados. Ejemplo:



Y en tablillas:


En la entrada, junto a la fuente para lavarse las manos, hay más:



En el templo del jardín de piedras os saqué una foto de los palos que usan para sujetar ramas. Hay en muchos sitios, aquí por ejemplo para hacer una sombrilla:


Al salir del templo, otra foto a la tori, esta vez sin ponerme en medio de la calle:



Y he tomado camino norte hacia Ginkakuji, sabiendo que por medio había algo, pero sin conocerlo.
Fijaros en la zona, cada casita roja es un templo:


Por cierto que hoy no oían a las "cigarras" esas (luego os cuento), no sé si sería porque hacía menos calor, pero sus sustitutos  son más tétricos. Los mega cuervos. Entre los palos de la campana de Komkai komyoyi se ve uno acechando. Y abajo a la izquierda a lo lejos, el tori de antes:


Aquí he llegado antes de que abriesen las puertas de los edificios (El templo, recordad que hablamos de contuntos de edificios está abierto siempre en este caso), y se oían a los monjes salmodiando a coro. Cada templo es prácticamente una secta, y los de este templo son conocidos por sus cantores:

El edificio principal, que estaba en obras por el otro lado:


Un ejemplo de estátua, que no he sacado muchas:

Detras de este templo, hay un cementerio bastante grande:


En uno de los accesos, tienes herramientas para limpiar:


Ejemplo de un trozo. Los cuervos seguían con su siniestro coro:


Pegado al norte estaba Shinnyo-do. Por aquí la gente paseaba perros, cosa que se ve poco en comparación (los perros):


La pagoda cuya cúpula se ve por la zona del cementerio es de este templo:



Aquí tenéis al encargado abriendo las puertas:



Mausoleo de un emperador de hace bastante tiempo. Sencillo:



Por esa calle se subía a Yoshida jinja. Una monja estaba haciendo algún tipo de ritual matinal con los altares. No me ha parecido muy allá, sacarle fotos.


He hablado varias veces de las "cigarras". Bueno, pues no eran cigarras. Son... bueno, no sé qué son. Eso: Hoy las he visto... y es peor haberlas visto. Son tan largas como un dedo corazón, y como tres dedos de anchas. Haced zoom para verlo:


Yo creo que como hacía menos calor, en vez de estar ahí con el kri-kri todo el día, volaban y se movían. Dan asquito, la verdad.

 Y siguiendo adelante, Yoshida yama, que una cuesta con toris te sube a unos altarcillos en la colina:


Aquí un cuervaco echando a volar por acercarme demasiado para sacarle la foto.


Altar de los sencillos que hay en montones de sitios. De este tipo especialmente en el monte:


El cuervo sobre la piedra. El problema de no tener un telescópico :)


Sin darme cuenta, llavaba unos minutos andando por un bosque espeso:


Delante vi caminar a un guarda que andaba retirando ramas y así. Se ha parado en un trocito y se ha puesto a hacer gimnasia. Mucha gente sale por las mañanas a correr, estirar y hacer ejercicios clásicos de gimnasia. Por el templo de antes, además de gente paseando al perro, iba una madre con su hija pequeña corriendo.


Sabía que tenía que ir hacia el norte, y seguí por los caminos que encontraba. Después de un rato me encuentro con una sorpresa. Lo que se ve al fondo en la montaña es el kanji chino que significa "grande" (los japoneses utilizan los símbolos chinos para escribir, aunque el significado puede variar). A ese símbolo le pegan fuego los 16 de agosto, y es fiesta en Kyoto. Sabía que estaba en algún sitio la montaña, pero no sabía dónde. Por el paseo había unos pocos sitios desde donde observar:



Luego encontré uno mejor:



Para celebrarlo, y cuando ya bajé a barrio de nuevo por el otro extremo, un cafecito helado para celebrarlo:


Y tras marear una calle arriba y abajo, que no sabía si me había pasado de altura o no, di con Ginkakuji. El pabellón de plata, hermano de Kinkakuji, el pabellón dorado que visité ayer como bien os acordais :)


Puerta:


Las entradas suelen ser espacios harmoniosos, y bellos para prepararte. No he dicho nada, pero supongo que en las fotos habéis visto que siempre cuidan mucho a dónde van las ramas, longitud, composición...:


Lo primero que te encuentras, (después de la taquilla, claro), es un jardín de arena, pero con volumen, perfectamente nivelado y rastrillado:


El pabellón de plata:


El jardín desde la vuelta del camino:


Correspondiente laguito:


Con sus correspondientes mega peces:


Un bastón de esos, para hacer juego con la cascada:


Vista del monasterio desde más arriba:


Detalle de la zona del jardín y pabellón:


Si os fijáis en medio de la foto, en la ladera, hay un árbol con un lazo rojo. Es un tipo de árbol chino descendiente de uno que estuvo expuesto a la radiación de Hiroshima:


Este cuidador iba echando agua por el camino para refrescar el ambiente:


El pabellón:


Detalle de cómo se construyen los tejados:


 Las calles de acceso de los templos famosos están llenas de tiendas de recuerdos, dulces y helados:



Es raro ver un japonés gordo, y no te digo ya nada uno obeso. La inmensa mayoría están delgados, y muchos jóvenes atléticos (ellas menos).
Y otra cosa curiosa es que toda no he visto a nadie con el pelo de colores raros. Castaños tintados sí, y algún que otro rubio o a mechas, sobre todo jóvenes, pero me da que los otro será más de Tokyo.

Por cierto, me he cruzado con un montón de españoles, quizás de donde más extranjeros he visto. Hoy de nuevo en el autobús que he cogido de regreso, y luego otras dos mujeres en el tren de la tarde.

He llegado al hotel para recoger la mochila antes de la hora del "checkout", y he abierto el snack que compré ayer. ¡Tachán! hecho de Wasabi, que se note que uno es de Bilbao. Están fuertes, pero no tanto como se puede uno imaginar habiendo probado el wasabi en pasta. Los chicos que me lo vendieron en Kinkakuji se reían cuando les preguntado asustado si era wasabi después de echarme a la boca la muestra que me pfrecieron. Tenían un montón de dulces, y una especie de mochi de té verde sublime. Es donde me comí el helado de té verde y mochis con hielo ¡ummmm!:


Después perdí más de media hora buscando un condenado casillero donde dejar la mochila en la estación central de Kyoto, porque aún tenía que ir a ver otras cosas. Aproveché para sacarle una foto a la torre de la que ya os he hablado. Se puede subir a un mirador. No me pareció necesario:


Por cierto, pensaba que aunque no supiesen mucho inglés, los japoneses sabrían leer mejor romanji (nuestro alfabeto arábico), pero qué va. Cuando le he enseñado un mapa a alguien con el nombre de un templo así, tenían que leerlo sílaba a sílaba para descifrarlo.

Cogí el tren a Uji, municio a unos kilometros de Kyoto (la verdad es que miras el horizonte y no ves fin a las ciudades, todas parecen unidas en una red enorme. Es lo que tiene ser muchos y vivir en casa familiares, que ocupas sitio.

Calle de Uji. Fijaros que por aquí no se estilan generalmente las aceras. Claro que la gente conduce con cuidado coches compactos:


Uji me ha parecido bastante más caro que Kyoto para comer, así que he parado en una carnicería, donde la madre de Champú me ha vendido unas piezas que había frito y me he ido a comer al río:


Este puente es el que aparece en el cuento de Genji, y ha sido destruido en bastantes guerras y reconstruido por las gentes del lugar por su importancia mercantil:


La vista que tenía comiendo:



Los japoneses bajan al río y meten la mano en el agua, y les gusta mirar estos crustáceos:


En muchos templos no te dejan usar trípode, pero que se note que lo llevo:


Imagen del puente con homenaje a Murasaki Shikibu, autora del cuento:


Y de postre, helado de nosequé, con te verde espolvoreado por encima:


Bueno, que yo había venido aquí para ver Byodoin, el fenix que aterriza:




Me metí en un museo subterráneo que tiene en la montaña para conocer los detalles, historia, réplicas de objetos, y tal, cuando salgo estaba lluviendo:



Fijaros que con kimono de mujer, hay que tener cuidado al bajar las escaleras:




Este es el único que recuerdo que no te indicaba que no fotografiases el interior:


El puentecillo por el que se llega a la sala del fénix. Dentro hay un Buda muy grande y chulo con figuras de seres celestiales bailando y tocando música por las paredes. Amida.


Después cruzar el río, y a Ujimadejinja:


Es el cuerpo principal más antiguo de este tipo de templos:


Y caminando feliz bajo el agua ¿porqué todos los japonese llevaban paraguas? ¿todos sabían que iba a llover? de regreso a la estación y a Kyoto, recoger las maletas, y al anden del tren bala:


Estos monstruos tienen 16 bagones, de unos 25 metros de longitud, echad cuentas. Una frecuencia un poco menor que en Tokyo, pero realmente sorprendente pese a todo.

Bueno, y cansado de buscar el Protocolo de Kyoto, me he venido a Himeji.
Del otro hotel de mochileros no he sacado fotos, es como un albergue juvenil típico pero un poco mejor equipado. Esta habitación sin embargo, es reducidita:

Miniarmario para ropa:


Baño compacto:


Hoy he probado más sorpresas en la máquina expendedora y el Seven. Le he sacado foto a esta botella chula que resultó ser soda:


Tras darme una merecida ducha y cambiarme y reservar siguientes hoteles y ajustar el viaje, a la calle. Esto es una galería muy larga:


Y una de LAS interecciones:


E iba viendo por la calle principal unos falores con dibujos de niños. Cuando he llegado a la zona del castillo me he encontrado con estya exposición:


Son dibujos de una hoja hechos por escolares cuyo motivo principal parecía Himeji, la ciudad. Había de todo, muy chulo:


¡Y había miles! Aquí en la plaza debajo del castillo. ¡Un momento! ¿Qué es ese cubo gigante y dónde está el castillo? ahhh, mañana os lo cuento:



Mucha gente paseando, y como ya os había dicho que son aficionados a la fotografía por aquí, muchos con trípodes sacando fotos:


Bueno, se ha hecho tarde, pero ya he contado todo. Mañana: ¡Himeji!

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